Muchas veces cuando se adquiere una propiedad como un local comercial, una oficina o un almacén, nos encontramos con que las instalaciones eléctricas o los conductos de refrigeración pasan por el techo sin ninguna cobertura estética. Los falsos techos continuos y desmontables se presentan como una solución económica, sencilla y versátil para estas situaciones. Colocando un falso techo, se cubre el techo real y todos los conductos o mecanismos que pasan por él. No solo obtenemos un techo más estético y los conductos quedan mejor protegidos, también podemos conseguir aislamiento termoacústico y mejor iluminación.
Según su forma de instalación, distinguimos entre falsos techos continuos y desmontables. Cada uno es más adecuado para un tipo de local, presupuesto, acabado estético o funcionalidad. Para despejar cualquier tipo de dudas y ayudarte en esta decisión, vamos a explicar las cualidades y las principales diferencias de los falsos techos continuos y desmontables.
Falsos techos continuos
Los falsos techos continuos se instalan sobre una estructura de montantes, sin dejar nada a la vista salvo el propio techo. Suelen ser de yeso laminado o de escayola, materiales que aportan mejor aislamiento térmico y acústico. Para unir las láminas que conforman el falso techo continuo, se usan pastas y cintas, por lo que el acabado final es liso y no se aprecia separación. Es decir, que parece un solo techo.
Los falsos techos continuos se usan mucho en viviendas, debido a su escasa necesidad de mantenimiento y a su mejor apariencia estética. Además, la capa exterior se puede pintar para lograr el acabado que se desee e incluso se les puede añadir elementos decorativos como molduras, cornisas o plafones de escayola. Si se quiere poder acceder al interior del falso techo continuo, es necesaria la instalación de una trampilla.
Dependiendo de las especificaciones del proyecto, una vez tomada la decisión entre techos continuos y desmontables, hay muchos materiales disponibles: escayola, fibra-yeso, yeso laminado, madera o el nuevo mono acoustic para mejor rendimiento acústico.
Falsos techos desmontables
La principal diferencia entre los falsos techos continuos y desmontables es la capacidad de quitar, cambiar y reparar las láminas. En los falsos techos desmontables, las láminas se colocan sobre un soporte de metal anclado al techo de obra. El soporte queda visible y la separación en láminas es obvia.
La principal ventaja es que las láminas se pueden desmontar, limpiar, reparar o reemplazar sin demasiada dificultad. El acceso al entretecho es más sencillo, por lo que las reparaciones en el sistema eléctrico o de refrigeración se pueden realizar sin entrar en obras. Cuando hay un problema con una lámina individual, se reemplaza. Es decir, el mantenimiento y la reparación pueden ser más frecuentes, pero menos costosos y menos complicados. Aún así, los materiales utilizados son resistentes para proteger el entretecho y la instalación es más económica.
Hay una gran variedad de diseños, tamaños y materiales entre los que elegir: escayola, madera, metálicos… Algunos materiales también ofrecen aislamiento térmico, como la lana mineral, la lana de roca o los techos PYL.
Elegir falsos techos continuos y desmontables
Elegir entre los dos tipos de falsos techos puede ser complicado, pero hay algunas necesidades que podemos considerar para tomar la decisión. Por ejemplo, si prevemos la necesidad de acceder al entretecho, posiblemente un techo desmontable sea lo que queremos. Si el falso techo es para nuestra vivienda y buscamos un mejor acabado estético, el falso techo continuo es nuestra mejor opción.
Hay muchos otros factores en la decisión entre falsos techos continuos y desmontables, por lo que la asistencia profesional en esta decisión es fundamental. En Dangla no solo facilitamos los mejores materiales, si no que contamos con la mejor asistencia para que te lleves justo lo que necesitas. Ponte en contacto con nosotros y descubre más sobre los falsos techos continuos y desmontables.